jueves, 16 de diciembre de 2010

Retos en el ambito laboral

Los nuevos retos en el ámbito laboral


El reto del trabajo a las puertas del 2000 es un reto enormemente amplio al menos por dos razones. La primera, práctica: Tal como tenemos organizada la sociedad, la sociedad capitalista, para la mayoría de personas el trabajo es el camino normal y generalizado de acceder a unos ingresos con los que atender  a las necesidades individuales y familiares. Ocupa y pre-ocupa una parte muy grande del tiempo vital y mental de las personas adultas. Según los sociólogos también comporta otros efectos: inserción y status social, realización personal, autoestima... La segunda razón de la amplitud del reto es más conceptual: ¿Qué es trabajo? ¿A qué tipo de trabajo nos estamos refiriendo? El descrito en el párrafo anterior es sólo un tipo de trabajo, el trabajo mercantil asalariado, característico de una etapa histórica y de unas instituciones sociales concretas. Es cierto que, como tal, es el primero que viene a la mente y el que cumple la función de proporcionar ingresos. Pero existen otros tipos de trabajo: mercantil  no asalariado (autónomos, cooperativas) y trabajo no mercantil (no pasa por el mercado, no genera rentas monetarias: trabajo doméstico, sobre todo, y trabajo comunitario, voluntariado). Todos ellos son trabajo (satisfacen necesidades sociales) y contienen retos para el siglo que viene.


En épocas anteriores las innovaciones tecnológicas se producían de forma escalonada y podían localizarse en un sector industrial concreto. Para no ir demasiado atrás, pensemos en el motor de explosión –automóvil–, en la colada continua –siderurgia–, en las innovaciones mecánicas de los telares o del tintado de tejidos (textil) o en los derivados de la química –plásticos, poliuretano, etc.La aplicación de estos inventos a los procesos productivos afectaba a la situación de los trabajadores: desaparecían algunos procesos productivos sustituidos por otros (ya no se construyen carrozas sino automóviles), no eran necesarios tantos trabajadores para obtener determinados productos (sobran obreros en el textil), muchas habilidades profesionales resultan obsoletas. Se produce, en resumen,  de modo inmediato, en el corto plazo, un efecto de destrucción-modificación radical del puesto de trabajo. Pero, al mismo tiempo, casi en seguida, aparece  la necesidad de cubrir puestos de trabajo de nueva creación. Unas veces, porque el avance tecnológico ha conducido a la fabricación de un producto totalmente nuevo. Otras, porque se trata de sustituir la fabricación de uno anterior (la carroza o el carro) por otro que parece satisfacer mejor la “necesidad”  o la demanda  (de transporte, en este caso: el automóvil).



Conclusión:  los nuevos retos se deben de realizar desde la perspectiva de la reingeniería, que se realicen de forma clara, positiva y fresca, de preferencia con trabajadores frescos, de nuevo ingreso y  jóvenes, pues cuentan con otras perspectivas y puntos de vistas diferentes a los trabajadores monótonos y con antigüedad pues ellos tendrán otros puntos de vista ya sea por el aburrimiento, el conocimiento o la experiencia.

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